lunes, 4 de junio de 2007

Gabriel García Márquez: EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA

El problema de la vida pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio.

Todo lo que hicieran desnudos era amor. Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo.

A la mierda abanico, que es tiempo de brisa.

Estaba contra toda razón científica que dos personas apenas conocidas, sin parentesco alguno entre si, con caracteres distintos, con culturas distintas, y hasta con sexos distintos, se vieran comprometidas de golpe a vivir juntas, a dormir en la misma cama, a compartir dos destinos que tal vez estuvieran determinados en sentidos divergentes.

El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.

El que no tiene memoria se hace una de papel.

La gente que uno quiere debería morirse con todas sus cosas.

Nada se parece tanto a una persona como la forma de su muerte.

Se volvió a morder la lengua para que no se le saliera la verdad por las tantas goteras que tenía en el corazón. La lluvia no le dio una tregua de sol para pensar.

No creo en Dios, pero le tengo miedo.

El amor se hace más grande y noble en la calamidad.

Demasiado amor es tan malo para esto como la falta de amor. 

 

-¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? -le preguntó.

Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches. 

-Toda la vida -dijo. 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como soy un poco torpe con la informática, hacedeme el favor de poner esto donde corresponda.

El chamariz en el chopo.
¿Y qué más?
El chopo en el cielo azul.
¿Y qué más?
El cielo azul en el agua.
¿Y qué más?
El agua en la hojita nueva.
¿Y qué más?
La hojita nueva en la rosa.
¿Y qué más?
La rosa en mi corazón.
¿Y qué más?
Mi corazón en el tuyo.


El chamariz en el chopo (J.R. Jiménez)