En la vida de carne y sangre y hueso el entrañable ¡te quiero! y el más entrañable aún callárselo.
Cuando la vio gozar, sufriendo al darle su primer hijo, es cuando comprendió cómo es el amor más fuerte que la vida y que la muerte y domina la discordia de éstas; cómo el amor hace morirse a la vida y vivir la muerte; cómo él vivía ahora la muerte de su Rosa y se moría en su propia vida.
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