viernes, 23 de diciembre de 2022

Miguel Ángel González: PROLEPSIS

Se pasó las manos por el delantal, lo hizo como si quisiera alisarlo o como si confiara en que, colocando las palmas sobre el tejido, pudiera convertirlo en un traje de noche. 

Sus preguntas fueron ese tipo de preguntas que uno no hace para los demás, sino que las hace esperando responderlas él mismo. 

No es fácil ser alguien cuando todo el mundo cree que no eres nadie. 

La vida es como la suerte, que siempre se termina. 

Todos distorsionamos nuestros recuerdos. Lo hacemos en parte de forma inconsciente y en parte de manera premeditada. Siempre somos los protagonistas del pasado que imaginamos. 

La vida está llena de situaciones que recordamos y que nunca tuvieron lugar. O que ocurrieron de otra forma. 

Tose y de su boca sale el humo de manera torpe y desordenada, formando figuras extrañas, como fetos deformes o chicles masticados. 

Se puede soñar con dos cosas distintas, pero solo se puede llevar a cabo un sueño. 

Tomar decisiones es como caminar hacia el frente. 

Cuando ocultamos nuestras grietas, estamos dándole la espalda a nuestra propia historia. 

Siempre son menos dolorosas las despedidas cuando se encuentra un culpable. 

Su silencio se convirtió en el discurso más doloroso posible. 

Los ancianos son como niños gigantes. 

Una sonrisa triste. Hueca y muda. Una sonrisa pequeña pero que parecía abarcar todo su rostro. 

Me mira con la misma cara con la que un gato que ronronea parece suplicarte que lo cojas entre tus brazos. 

Bebió un sorbo corto de su copa de vino tinto, para llenar el silencio con un gesto.