domingo, 28 de octubre de 2018

Ian McEwan: SOLAR

Ninguna mujer parecía o resultaba tan deseable como la esposa de la que de repente no podía disponer.

La inocente estupidez de la barriga y el trasero.

El azul inquieto de sus ojos claros.

Conservaba el aire de fresas con nata de sus veinte años.

La luz del sol ya se filtraba por el abedul del jardín delantero y veteaba el suelo de mármol debajo de sus pies.

Su labio inferior tenía una plenitud nueva, un augurio de problema cuando bajaba la mirada.

Amusgando los ojos, volvió a escenificarlo. 

Hay un tipo en un bosque, bajo la lluvia, que se muere de sed. Tiene un hacha y empieza a talar los árboles para beber la savia. Un trago de cada árbol. Todo alrededor es un desierto, no hay fauna ni flora, y sabe que el bosque está desapareciendo rápidamente por su culpa. ¿Entonces por qué no abre la boca y bebe el agua de lluvia? Porque es buenísimo cortando árboles, siempre ha hecho las cosas así y piensa que los que recomiendan beber agua de lluvia son gente rara. La lluvia es nuestra luz solar. Empapa nuestro planeta, gobierna nuestro clima y la vida natural. Es una dulce lluvia de fotones, ¡y lo único que debemos hacer es levantar nuestros vasos!

La esencia de un maniático es, en primer lugar, creer que los problemas del mundo pueden reducirse a uno, y que es solucionable. Y en segundo lugar, acometerlo de cabeza.

Es un error abandonar la esperanza en cualquier etapa de la vida.

Es importante no perder nunca la fe en la posibilidad de un profundo cambio interior.

¿Qué es la vida sin las más altas ambiciones?

Instintivamente sabía que estaba mal deslucir un buen episodio.

Qué liberación descubrir en la edad moderna que él, un habitante de la ciudad, un hombre casero que vivía junto al teclado y la pantalla, podía ser una presa perseguida y destrozada, una fuente de alimento para otros.

Todo el mundo, todos nosotros, individualmente afrontamos el olvido como norma.

No somos la mejor especie imaginable, pero ciertamente somos la mejor, la más interesante que existe.

Llegar tarde es un tipo especial de sufrimiento moderno, con elementos teñidos de tensión creciente, sentimiento de culpa, autocompasión, misantropía y un ansia que no se sacia fuera de la física teórica: la reversión del tiempo.

Lo poético, lo científico, lo erótico: ¿por qué a la imaginación habría de importarle a qué amo sirve?

En los momentos en que hay que tomar decisiones importantes, podría pensarse que la mente es un parlamento, una cámara de debate. Se enfrentan diferentes facciones, hay intereses a corto y largo plazo atrincherados en un odio mutuo. No sólo se presentan y se impugnan mociones, sino que se airean determinadas propuestas para encubrir otras. Las sesiones pueden ser tan sinuosas como tormentosas.

Ya no le importaba mucho lo que pensaran los demás. Envejecer deparaba pocos beneficios, y aquél era uno de ellos.

Las anécdotas son una plaga en la conversación.

Era un alivio actuar en vez de pensar como un hombre con prisa.

Desperdigadas por las mesas había rodajas de limón, aisladas sonrisas amarillas.

Todos nuestros problemas y conflictos ocultan este hecho obvio: apenas comprendemos el éxito que hemos tenido.

El civismo es demasiado pasivo y estrecho. El civismo puede motivar a individuos, pero es una fuerza que influye poco a los grupos, las sociedades, una civilización entera. Los países nunca son cívicos, por mucho que a veces piensen que lo son. En el conjunto de la humanidad, la codicia derrota al civismo.

Tomarse las cosas en serio significa pensar en ellas todo el tiempo. Todo lo demás queda eclipsado.

Qué nebuloso y monocromo es el recuerdo comparado con el momento vivo.

La memoria es un artilugio defectuoso.

El aire mismo parecía desordenado, como sucede cuando un fumador se ha ido y el humo se ha disipado.

Todos los hombres son una isla, lo que piensan permanece oculto.

Nadie puede vaticinar cuál de las tribulaciones de la vida preferirá el insomnio. Incluso en la vigilia, en condiciones óptimas, uno rara vez hace una libre elección sobre lo que le inquieta.

Nunca habían hablado de sus sentimientos y ahora carecían de lenguaje para ello.

"Siempre es nunca. ¿Te parece bien nunca?", a lo que él respondió: "Ese día no estoy disponible."

En los viajes largos, el desarraigo y el aburrimiento, la falta de sueño o la rutina, pueden hacer surgir de la nada retazos aleatorios del pasado y volverlos tan reales como una obsesión.


jueves, 18 de octubre de 2018

Nick Hornby: CÓMO SER BUENOS

Lo que quiero es esa sensación, la sensación que consigo con él, la sensación de no haber errado en nada todavía.

Los rituales familiares se asemejan a esas flores del desierto increíblemente resistentes, capaces de florecer en los terrenos más inhóspitos.

Siento que jamás podré descansar hasta que me haya respondido a cada una de las preguntas que se agitan en mi cabeza como peces atrapados en una red. La mayoría de las preguntas se ahogan y mueren; un par de ellas, las más rotundas, las más pertinaces, se niegan a irse y dejarme en paz.

La agonía ha de cumplirse con independencia de dónde me encuentre.

Casarse y tener una familia es como emigrar.

La tristeza puede ser un terreno ideal para enterrarse a sí misma hasta que un buen día salta al exterior.