viernes, 21 de septiembre de 2007

Carmen Laforet: NADA

Yo gozaba una dicha concedida a pocos seres humanos: la de sentirse arrastrada en ese halo casi palpable que irradia una pareja de enamorados jóvenes y que hace que el mundo vibre más, huela y resuene con más palpitaciones y sea más infinito y más profundo.

Nunca has sabido lo que quieres y siempre estás queriendo algo.

No hay comentarios: