jueves, 8 de noviembre de 2007

Josefina R. Aldecoa: HISTORIA DE UNA MAESTRA

Cuando vivimos sin testigos que nos ayuden a recordar es difícil ser un buen notario. Levantamos actas confusas o contradictorias, según el poso que el tiempo haya dejado en los recodos de la memoria.

Lo que no se comparte no deja huella ni nostalgia.

África es la víctima del hombre blanco.

Ser madre es una gloria y una condena al mismo tiempo.

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